Una de las frases más habituales cuando una persona que conduce después de haber bebido es la de «Yo controlo…». La realidad es que el consumo de ALCOHOL Y DROGAS afecta mucho a nuestra conducción. Puede ser que aparentemente puedas conducir normalmente pero la realidad es que tras el consumo de ALCOHOL Y DROGAS disminuyen drásticamente la capacidad de reacción, de frenado y de detención del vehículo con lo que tenemos una mayor probabilidad de tener un accidente. A continuación te mostramos una tabla con las distancias de reacción, frenado y detención con y sin alcohol.